En una tarde llena de sentimiento, sus compañeros del mundo ecuestre rindieron tributo a su memoria de la manera que él hubiera preferido: cabalgando a su lado.
Juan Antonio Castro Freire, más conocido como Antonio dos Pinos, fue despedido en un sepelio en O Val, en el que cada detalle recordó su pasión por los caballos, una afición que cultivó desde la infancia. David Romero, exvocal de la Federación Autonómica, destacó que Antonio fue un gran amante del mundo equino. Además de ser uno de los primeros jueces internacionales de andadura de la región, colaboró activamente con la federación hasta 2017 y, aunque dejó sus funciones formales, continuó apoyando las pruebas locales, siempre compartiendo sus conocimientos.
Este martes, sus amigos y compañeros le mostraron su gratitud y respeto al acompañarlo en su último recorrido, dándole un sentido adiós a lomos de sus caballos, en un gesto que reflejó el cariño y la entrega con los que vivió y que seguirán marcando a la hípica gallega.