La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha anunciado este martes que las 997 pruebas realizadas como parte de su programa de lucha contra el dopaje tecnológico en las 21 etapas del Tour de Francia 2023 resultaron negativas, según un comunicado.
Del casi millas de pruebas totales, 837 de ellas se llevaron a cabo antes del inicio de las etapas mediante pastillas magnéticas y 160, al final de las etapas a través de tecnologías de retrodispersión o de rayos X de transmisión. En todas ellas, según la UCI, el resultado fue negativo.
Un comisario técnico de la UCI comprobó, mediante pastillas magnéticas, todas las bicicletas utilizadas en la salida. Después de cada etapa, lo hacía en las bicicletas utilizadas por el ganador de la misma, el corredor del maillot amarillo y otros seis corredores seleccionados al azar o que podían suscitar sospechas.
La UCI realiza controles de bicicletas en todas las pruebas UCI WorldTour, así como en los Campeonatos del Mundo UCI de carretera, los Campeonatos del Mundo UCI de paraciclismo en carretera, la Copa del Mundo UCI de paraciclismo en carretera, el UCI WorldTour femenino y los Juegos Olímpicos. Además de en los Campeonatos del Mundo UCI de bicicleta de montaña, ciclocross y pista, y en la Copa del Mundo UCI de ciclocross.
La directora general de la UCI, Amina Lanaya, declaró que las pruebas realizadas como parte del programa de «detección de fraudes tecnológicos envía un mensaje «muy claro» a los ciclistas y al público. «Es imposible utilizar un sistema de propulsión oculto en una bicicleta sin quedar al descubierto, seguiremos aplicando nuestro programa de detección y desarrollándolo aún más», concluyó.